Un legado para la eternidad
ÁNGEL MARTÍNEZ | @ajmm88
Desde sus inicios en el primer equipo del Barcelona, allá por 2004, la figura de Leo Messi empezaba a relacionarse poco a poco con la de Diego Armando Maradona, santo y seña del fútbol argentino. El mejor jugador de todos los tiempos para la hinchada albiceleste empezaba a ser emulado por un pequeño crío que mostraba al mundo sus primeros toques como jugador profesional en el Camp Nou.
Hicieron realidad goles calcados, de diferente calibre pero sacados de una misma dimensión, fuera del alcance de los mortales
“Durante toda mi vida nunca he visto un jugador con esa personalidad y calidad con solo 18 años”. Así definió Fabio Capello a Lionel Messi. Aquel verano del 2005, el Barcelona se enfrentaba ante la Juventus de Turín entrenada, entonces, por el italiano, imponiéndose en los penaltis al conjunto azulgrana en el Trofeo Joan Gamper. Tal torneo que el Barcelona organiza todos los veranos como conmemoración al fundador del club catalán, fue el primer escaparate mundial que hizo conocer al que años venideros se ha convertido en el mejor jugador del mundo.
Las similitudes entre el ‘10’ azulgrana y el eterno ‘10’ argentino siempre han estado en boca de todos los medios. El gol que Leo hizo posible ante el Getafe en las ‘semis’ de copa en 2007 tiene su origen en el mejor gol de la historia de los mundiales, el realizado por Maradona en 1986 en México ante Inglaterra. Hicieron realidad goles calcados, de diferente calibre pero sacados de una misma dimensión, fuera del alcance de los mortales.
El gol con la mano, otro hecho que les acerca aún más si cabe. El famoso gol con la mano que Maradona marcó ante Inglaterra fue emulado por Leo en la temporada 2006-2007 ante el Espanyol. Un tanto que pudo valer una liga pero que finalmente se esfumó en el último minuto.
Leo tiene ante sí la oportunidad única de recoger el legado eterno de Maradona